Tolkien, mis cojones

Está a punto de publicarse «La leyenda de Sigurd y Gudrun«, un escrito que J.R. Tolkien, autor de ‘El Señor de los Anillos» y el best-seller «Aprenda élfico en 50 días (o cómo convertirse en un tipo sin amigos en 50 días)». Al parecer, este texto inédito se escribió entre 1920 y 1930, y está creando mucha espectativa entre sus fans, que van a tener que revisar sus argumentaciones sobre el tema «Tolkien era un buen escritor».

Pajasmentales ha tenido acceso a este nuevo libro, y a continuación reproduce un fragmento del mismo.

La leyenda de Sigurd y Gudrum (fragm.)

«Caía la noche en el bosque de Flondismort. Suerte que Sigurd y Gudrum estaban refugiados bajo un árbol, porque en caso contrario, la noche les hubiera caído en toda la cabeza. Sigurd estaba pletórico. Se sentía uno con la naturaleza. Vamos, que estaba cagando detrás de un arbusto. Cuando se hubo limpiado, se reunió de nuevo con Gudrum, y entonaron una canción sobre el Manantial de Flosklisndron. Luego se enrollaron.

(…)

Se escuchó un crujido, y Sigurd y Gudrum se giraron. Vieron una sombra que se dirigía a ellos.

– ¡Alto ahí, desconocido! ¡Te lo ordena Sigurd, hijo de Mongolord, nieto de Alfonsoarusdemort, tataranieto de Etxebarriandemor, retataranieto de…

– ¡Sigurd! -interrumpió Gudrum. -Mira, no quería que te enterases así, pero eres adoptado. Estoy hasta las pelotas de que cada vez que te presentas te tires diez minutos hablando de tus antepasados. Pues bien, no tienes antepasados. Eres adoptado. Siempre llevo conmigo esta carpetita con toda la documentación de tu adopción.

Sigurd, atónito, cogió la documentación que Gudrum le entregaba.

– ¿Ves? Aquí lo pone: Sigurd Expósito, encontrado en un contenedor de basuras de Mordor De Mar. Se da en adopción en 1921. Se devuelve dos meses más tarde al hospicio. Sale en adopción de nuevo en 1923, y lo devuelven la misma tarde. Dado en adopción siete veces más en los siguientes 2 años.

Gudrum hizo una pausa para hacer 20 flexiones. No en vano, en la Comarca lo conocían como Gudrum el Vigoréxico. Después prosiguió.

– Necesitaría que me firmaras aquí, aquí, y aquí. Nada, puro papeleo. Básicamente es para que me liberes de cualquier responsabilidad sobre tí. Ya tienes pelete en los huevos y podrás valerte por ti mismo.

(…)

En el fragor de la batalla, Sigurd consiguió matar 150 orcos usando un cortauñas, y consiguió penetrar en la oscura fortaleza del malvado Lord Il Divomort.

– ¡Alto ahí, rufián! ¡Soy Sigurd, hijo de…

En ese momento, de detrás de una columna apareció Gudrum, que se le quedó mirando desafiante, haciendo breves gestos con la cabeza, como queriendo decir: «Venga, dilo, dilo si tienes huevos, dilo». Sigurd bajó la cabeza, avergonzado.

– Bueno, es igual, olvídalo.