¿Quién es el guapo, ahora?

El sábado inauguramos el piso nuevo de mi amigo Adrià. Hicimos una cena mexicana, y ji ji ja ja, y que casa más bonita, y ya la has estrenao, follador, y esas cosas.

Pero lo realmente importante, el evento central de la noche, no tenía nada que ver. Porque aprovechamos la ocasión para celebrar el I Concurso de Fotos que Reflejan lo Patético de Nuestra Adolescencia. El mecanismo era muy fácil: cada uno de los asistentes debía llevar un mínimo de tres fotos de nuestra adolescencia, las más chungas, en las que saliéramos más feos. Cada uno ponía 5 euros, y el dinero se repartía entre los tres ganadores. Es decir, entre los tres con una infancia más dura.

En aquel evento no faltaron grandes celebridades de la blogosfera, como Berto, Júlia o Dani 2.0. Y tuvimos un jurado de excepción, capitaneado por el Risto Mejide de la noche, el gran Rafel.

¿Quién creéis que ganó el primer puesto, a la foto que mostraba la adolescencia más dura? Efectivamente, un servidor. Y lo hice, creo, de forma justa y merecedora.

La foto no es la imagen en la que más desfavorecido salgo, pero sí que es la que muestra una adolescencia más traumática. Se titula «El peor carnaval de mi vida», y retrata el único disfraz que mi madre aceptó en hacerme, después de decirle que aquel año, todos mis amigos iban a ir de Tortugas Ninja. Juzguen ustedes mismos.

Se puede observar la angustia en mis ojos, el momento exacto en el que comprendí que mis padres no me querían.

Aunque no sé si participaban, por no ser fotos de mi época adolescente, también fueron muy comentadas y aplaudidas las dos siguientes imágenes. La primera, titulada «Cuando entendí que mi padre era midget y yo era el niño protagonista de ‘El inolvidable Simon Birch'»…

Y la tercera, la foto llamada: «Desproporción huevil». ¿No creéis que tenía los huevos excesivamente grandes? Fijaos cómo mi propia madre me cogía como con asco, separándome de ella, de la cosica que daba.

En fin, una vez más, os he abierto mi corazón. Un corazón, por cierto, mucho más pequeño que mis testículos.